El desgrasiado vuelo del alcalde fue interrumpido en plena acción por un fallo de mecanismo y Boris Johnson se quedó colgado a unos 7 metros de altura sobre los espectadores. Sin embargo, el incidente apenas retrajo al atrevido alcalde, que se mostró alegre mientras esperaba que lo bajaran con ayuda de unas escaleras, ondeando banderas británicas y provisto de un casco azul.
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