Lorena Ecamilla, una mujer de origen hispano, acusó al oficial Francisco Gamboa, subalterno de Arpaio, de empujarla fuertemente tras ser detenida para una inspección de rutina mientras conducía en septiembre de 2009. El policía testificó negando los hechos.
Los reclamantes denuncian la política discriminatoria en contra de personas con apariencia latina, al ser detenidos injustificadamente solo para verificar su estatus migratorio.
Arpaio negó reiteradamente las imputaciones en su contra y en contra de sus agentes, y aseguró que sus oficiales detienen a personas cuando son sospechosas de infringir la ley.
Las posibles víctimas no exigen una indemnización, sino una declaración donde conste que el departamento a cargo del sheriff incurre en prácticas racistas, y así iniciar una demanda más amplia por violación de los derechos humanos.
El experto Rafael Prieto opina que la denuncia y divulgación de este caso es el primer paso para mejorar el estatus de los latinoamericanos en EE.UU.
“Los resultados del juicio son muy importantes porque en esta ocasión los querellantes que acusaron a Arpaio, no están reclamando ninguna indemnización monetaria. Más bien lo que están tratando de probar es precisamente que Arpaio ha actuado como un funcionario que ha sido racista, que ha estado persiguiendo a los hispanos y especialmente a los hispanos indocumentados”, asegura Prieto.