Así lo indicaron los peritos del comité encargado de investigar el fallido despliegue de satélites, cuya tarea fue encomendada por el Gobierno de Rusia.
El Ministerio de Defensa ruso aseguró que los aparatos Express-MD2 y Telkom-3, considerados basura cósmica al no alcanzar su órbita de destino, no están amenazando a la Estación Espacial Internacional. No obstante, este ha sido un fiasco más que se suma a los seis percances ocurridos en la industria cósmica rusa entre diciembre de 2010 y diciembre de 2011.
Al menos uno de ellos fue vinculado con una intermitencia en funcionamiento del módulo Briz-M, al igual que en el más reciente despegue del cohete Proton-M.
El primer ministro de Rusia, Dmitri Medvédev, admitió en una reciente reunión de Gabinete que en esta serie de fracasos el país estaba perdiendo su prestigio, además de miles de millones de rublos. Más allá de las causas técnicas de cada lanzamiento que fracasa, el primer ministro supuso que “en su conjunto, fueron multiplicadas por la negligencia tradicional”.