Asimismo al diplomático sirio le propusieron la residencia permanente en la capital quatarí, Doha. Hamad Seed Albni rechazó las propuestas y las tachó de “descarada intervención” en los asuntos internos sirios y advirtió que no toleraría nuevas propuestas de ese tipo.
Recientemente el Gobierno de Bashar al Assad ha sufrido una serie de deserciones de altos funcionarios. Así, por ejemplo, sucedió con los embajadores de este país árabe en los Emiratos Árabes Unidos y en Irak, Abdel Latif al Dabbagh y Nawaf alfares, respectivamente.
Las autoridades sirias señalan que Qatar está utilizando grandes recursos financieros para sobornar a altos funcionarios sirios. Según la agencia de noticias iraní Fars, Doha ha asignado alrededor de 300 millones de dólares a estos propósitos.
No obstante, Qatar no es el único país que hace todo lo posible para debilitar el régimen de Al Assad. Así, la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, declaró el sábado que es necesario ayudar a la oposición siria para aumentar la presión sobre el presidente Bashar al Assad y empujar al país hacia la transición política.