En 2010 el militar hebreo en cuestión, cuya identidad no se ha hecho pública, fue acusado del homicidio de Riyeh Abu Hajaj de 64 años y de su hija, Majda Abu Hajaj, de 37 años.
No obstante, el domingo la acusación fue modificada por el tribunal militar y actualmente al francotirador se le imputa solo el uso ilegal del arma. La modificación ha sido el fruto de un acuerdo entre ambas partes del proceso judicial.
Según B'Tselem, una organización de derechos humanos israelí, el incidente tuvo lugar el 4 de enero de 2009 cuando la familia de los Abu Hajaj estaba saliendo de su casa que había sido el objetivo del ataque de un tanque israelí. “Cuando ellos vieron un tanque a una distancia de 150 metros, dos mujeres del grupo empezaron a mover las banderas blancas y los niños que las acompañaban se sentaron en el suelo”, señala B´Tselem.
No obstante, de repente alguien abrió fuego sin previo aviso contra el grupo de civiles. Una de las balas mató a Majda Abu Hajaj, y otra hirió de gravedad a su madre, que posteriormente falleció a causa de esas heridas.
Este caso fue uno de los reportados en el informe Goldstone de la ONU sobre los supuestos crímenes militares de ambas partes durante el conflicto de Gaza de 2008-2009. Más de 1.400 palestinos y 13 israelíes perdieron la vida en esta guerra que duró 22 días.
El Ejército israelí ha cerrado la investigación de decenas de casos similares porque “de acuerdo con la reglas de la guerra, no se han encontrado infracciones en las acciones de los militares” de sus hombres.