La encefalopatía traumática crónica (CTE, según sus siglas en inglés) es el nombre de esta enfermedad que todavía no es curable, ni puede ser diagnosticada adecuadamente.
Científicos estadounidenses del programa de tratamiento de heridas de combate creen que las posibilidades de padecer la CTE aumentan si un militar ha sufrido un trauma cerebral durante el combate, publica 'Huffington Post'.
Entre los síntomas de la enfermedad figuran arrebatos de indignación o de depresión. Además, la CTE afecta a la memoria y perjudica la movilidad.
Los médicos suponen que en algunos casos la CTE podría estar vinculada a los suicidios de ex combatientes. Sin embargo, la enfermedad es conocida para la ciencia sólo desde hace algunos años, y por eso resulta difícil ligar los suicidios de miembros de Fuerzas Armadas con este mal.
Mientras tanto, según datos del Departamento de Defensa de EE.UU., el nivel de suicidios en el Ejército en 2010 es de un militar muerto al día.
“Hace cuatro años realmente no entendíamos nada de esta enfermedad”, dijo a periodistas la doctora y neuropatólogo, Ann Mckee. “Ahora sabemos que existe. Sabemos que es un problema”, subraya.