La Justicia rusa decretó este viernes que las tres integrantes de la banda punk Pussy Riot, que habían protagonizado en febrero un escándalo en la principal catedral de Moscú, son culpables de "vandalismo" y "violación severa del orden público".
Las tres jóvenes -Nadezhda Tolokónnikova, María Aliójina y Ekaterina Samutsevich- fueron condenadas a dos años de cárcel. Según detalló la jueza, las jóvenes cumplirán con su condena en un establecimiento penitenciario donde los presos realizan trabajos forzados, mientras que el período que habían pasado en prisión preventiva –desde marzo- se tomará en cuenta.
La sentencia provocó una gran resonancia tanto a nivel nacional como internacional, y fue comentada no solo por la Iglesia Ortodoxa Rusa, sino también por defensores de derechos humanos y políticos.
“La condena a Pussy Riot es injusta y debe ser apelada”, opinó el comisionado de Derechos Humanos de Rusia, Vladímir Lukín. Insistió que las rockeras cometieron una infracción seria, pero no un crimen.
"Estoy decepcionado con la sentencia. Jurídicamente sería más correcto absolverlas, mientras que desde el punto de vista humanitario sería más correcto mostrar misericordia. Pero estoy convencido que la sentencia será anulada o, al menos, cambiada”, comentó, por su parte, el presidente del Consejo presidencial de los derechos humanos, Mijaíl Fedótov.
“La sentencia es desproporcionada”, comentó, a través de su cuenta en Twitter, la alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Catherine Ashton. “Estamos llamando a las autoridades rusas para que reconsideren el caso y aseguren el derecho a la libertad de expresión”, expresó, por su parte, a través de un comunicado oficial la portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Victoria Nuland.
Según la legislación rusa, la defensa de las jóvenes tendrá 10 días para presentar una apelación. "Existen vías legítimas para impugnar la sentencia", confirmó Dmitri Peskov, el secretario de prensa del presidente ruso Vladímir Putin. Al mismo tiempo, subrayó que ni él ni el mandatario pueden comentar la decisión de la Corte e imponer su opinión, aunque recordó que anteriormente Putin ya había expresado su postura personal respecto al caso.
A principios de agosto, el presidente ruso dijo que las jóvenes no debían ser juzgadas "severamente". "Espero que la Corte estipule una sentencia correcta y argumentada", comentó.
Desde el principio, el caso desató una fuerte polémica en la sociedad. Hay gente que consideró el comportamiento de las chicas como un insulto a toda la feligresía ortodoxa. Por otra parte, hay quienes expresaron que la postura de la Justicia hacia las jóvenes fue demasiado dura y no se corresponde con el tipo de delito que les atribuyen.