A Hussam Al Haddad le dispararon con balas de goma. Al caer el joven recibió duras patadas de un hombre vestido de civil, mientras que los oficiales de Policía permanecían de pie cerca observando los acontecimientos, denuncian los testigos citados por Human Rights Watch y el Centro de Bahréin para los Derechos Humanos (BCHR).
Haddad perdió mucha sangre y estaba ya sin consciencia cuando un pariente suyo intentó intervenir. El miembro de BCHR Yousif Al Salmaniya Muhafdha visitó el hospital donde, según se declaró, murió el adolescente, pero le obligaron a salir del edificio y no le permitieron ver el cuerpo.
El Ministerio del Interior de Bahréin confirmó la muerte del joven y tachó a Haddad de "terrorista" del que se defendían los policías.
El asesinato de Haddad se produjo al día siguiente de que el prominente activista de la oposición bahreiní Nabeel Rajab fuera condenado a tres años de cárcel por el uso de Twitter para organizar manifestaciones antigubernamentales.
Las protestas contra el régimen en la isla de Bahréin, sede de la 5 ª Flota de la Marina de EE.UU., continúan desde febrero de 2011. Durante este período al menos 50 personas han muerto en los enfrentamientos con agentes de seguridad, nueve de ellos menores de 18 años. El año pasado se registró una agudización de las protestas que fueron duramente sofocadas por el Gobierno. Los medios internacionales, que informaban en detalle de las violaciones de derechos humanos en Libia y Siria, casi han ignorado por completo estos acontecimientos.
La organización de defensa de derechos humanos Human Rights Watch ha condenado en repetidas ocasiones a la Policía de Bahréin por el uso de fuerza excesiva contra los manifestantes.
El Ministerio del Interior de Bahréin prometió investigar los homicidios de los civiles desarmados, pero a día de hoy ningún oficial ha sido acusado en relación a las muertes.
Casi todos los manifestantes pertenecen a la mayoría chiita de Bahréin, protestan contra la monarquía suní del país y exigen mayor representación política.