El tiroteo se produjo cuando tres policías intentaron arrestar a sus colegas, al sospechar que estaban envueltos en una presunta red de narcotráfico en el aeropuerto capitalino. Supuestamente, dichos policías eran los encargados de recoger la droga -procedente de Colombia, Perú y Guatemala- que dejaban en los baños ciertos pasajeros, antes de pasar por la aduana.
Los 348 oficiales del aeropuerto fueron reasignados a otros estados y reemplazados por policías que superaron un doble examen de confianza y cuyos antecedentes fueron examinados minuciosamente, dijo Luis Cárdenas, jefe de la División de Seguridad Regional.
La Policía Federal había
ofrecido una recompensa de cinco millones de pesos (unos 380.500
dólares) a quién proporcionara información para localizar a
los responsables del tiroteo en un patio de comida del Aeropuerto
Internacional de Ciudad de México el pasado 25 de junio.
Gracias a una denuncia ciudadana, fue posible localizar y detener a uno de los tres implicados, que ya fue trasladado al Reclusorio Sur de la capital mexicana. Los otros dos agentes siguen huidos.
Cárdenas ha reiterado su llamamiento a la colaboración ciudadana y recuerda que la recompensa sigue en pie.