Las confesiones de Sabah Othman, una siria de 22 años originaria de Duma, fueron difundidas por la televisión siria esta semana. En sus declaraciones relató que se casó a los 14 años y se separó de su marido tres años después. Fue entonces cuando conoció a Ala'a Mahfoud, un hombre de Harasta que quería casarse con ella, quien le presentó a dos militantes del grupo Loua'a al Islam, vinculado con el Ejército Libre de Siria (ESL). El líder del grupo, Zahran Alloush, le asignó la función de interrogadora de mujeres secuestradas.
La joven explicó que tenía la autoridad de golpear, con la ayuda de otra mujer, a toda cautiva que no respondiese a las preguntas. Confesó también que tras el interrogatorio, los militantes “degollaban a las mujeres secuestradas y arrojaban sus cuerpos cerca de un matadero".
Sabah Othman recuerda perfectamente las mujeres a las que interrogó. Samira Assaf, una madre de cuatro hijos, fue la primera de ellas. Al igual que el resto fue asesinada a sangre fría y abandonada cerca de un matadero de ganado donde perros callejeros acabaron devorando su cuerpo. Este incidente, detalló la joven, fue incluso grabado en video por los terroristas.
Dunya Omar, la segunda interrogada, murió tras recibir un disparo en la cabeza y su cuerpo fue arrojado cerca de una alcantarilla. Otra de ellas, Fadya Daher, fue violada y torturada antes de que la asesinaran.
Los miembros de Loua'a al Islam, aseguró la cómplice confesa, fingían ser religiosos delante de la gente pero consumían drogas y secuestraban a mujeres sin mostrar ningún tipo de remordimiento.
Al final de su intervención, Othman Sabah advirtió del peligro que corren quienes colaboran con los terroristas. En su opinión, es muy probable que, al igual que las secuestradas, muchas de estas mujeres hayan sido asesinadas para que no revelen los crímenes que el grupo comete.