La decisión adoptada por la Organización de Estados Americanos y su secretario general, José Miguel Insulza, era previsible, dice la periodista. Así lo era después de que su comisión, que visitó Paraguay tras la destitución de Fernando Lugo, no se reuniera con ninguno de los grupos de resistencia que hay en Asunción.
“Las cumbres regionales —recuerda—, el ALBA, Unasur, Mercosur, se han postulado en contra del golpe de Estado y han dicho claramente que es un golpe de Estado parlamentario. Lo sabía Lugo. No tuvo derecho a la defensa y el Congreso le destituyó por unanimidad. Y los intereses que le expulsaron de la presidencia son los intereses de los ajeros y agroexportadores”.
“A Lugo se le puede reprochar cierta actitud de tibieza, que él argumentó diciendo que él no quería que hubiera un baño de sangre en las calles de Asunción”, agrega Cynthia García.
“Entender lo que pasa en Paraguay es comprender los intereses que sobrevuelan la región, pero que en Paraguay fueron destituyentes”, considera. A su juicio, “el Gobierno del presidente de facto (Federico) Franco justamente está tratando de salir de la región”. Lo que está haciendo es mirar fuera de Latinoamérica, reitera la periodista.
Mientras tanto, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Paraguay le agradeció al Consejo Permanente de la OEA “la comprensión y respeto hacia la realidad paraguaya”. Los diplomáticos celebraron ese sentido de “responsabilidad, ecuanimidad y equilibrio” por parte del organismo supranacional luego de que se evidenciara en su reunión del miércoles que no se aplicarán más sanciones contra el país.