Desmienten la deserción del vicepresidente de Siria

El vicepresidente apareció en un acto público por primera vez en varias semanas, poniendo así fin a los rumores sobre su supuesta deserción.
Según la cadena Al Arabiya, varios periodistas vieron como Al Sharaa bajó de su coche y se dirigió a su oficina para reunirse con el jefe del Comité para la Seguridad Nacional y la Política Exterior del Parlamento iraní, Alaeddin Boroujerdi.

Anteriormente los integrantes del opositor Ejército Libre de Siria declararon que el vicepresidente había desertado y huido a Jordania. Pese a que las autoridades jordanas desmintieron que el alto funcionario sirio se encontrara en su territorio, los rebeldes siguieron afirmando que Al Sharaa había traicionado al régimen de Al Assad, aunque afirmando, esta vez, que no había abandonado el territorio sirio.

La cadena nacional siria y los representantes del vicepresidente también han desmentido los rumores sobre la deserción, mientras que el propio Al Sharaa se ha abstenido de comentarlos hasta el momento.

Al Sharaa asumió la vicepresidencia del país en 2006. Entre 1984 y 2006 fue el ministro de Relaciones Exteriores de Siria.

Recientemente el Gobierno de Bashar al Assad ha sufrido una serie de deserciones de altos funcionarios. Así, por ejemplo, sucedió con los embajadores de este país árabe en los Emiratos Árabes Unidos y en Irak, Abdel Latif al Dabbagh y Nawaf Alfares, respectivamente.

Las autoridades sirias señalan que los países del Golfo, como Qatar, están dedicando importantes recursos financieros a sobornar a altos funcionarios sirios. Según la agencia de noticias iraní Fars, Doha ha asignado alrededor de 300 millones de dólares a estos propósitos.

Así, por ejemplo, el embajador qatarí en Mauritania supuestamente ofreció al embajador sirio en el país africano, Hamad Seed Albni, un millón de dólares y un salario de 20.000 dólares durante 20 años, por desertar y apoyar a la oposición siria, según la cadena de televisión libanesa Al-Manar. Hamad Seed Albni rechazó las propuestas y las tachó de “descarada intervención” en los asuntos internos sirios y advirtió que no toleraría nuevas propuestas de ese tipo.