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El conflicto en Cisjordania afecta a productores palestinos e israelíes
Los productores tanto palestinos como israelíes sufren las consecuencias del conflicto en Cisjordania. Razones políticas atentan contra las ventas de unos y otros.
El comercio en Cisjordania tiene fuerte matiz ideológico. Los productores palestinos sufren muchas restricciones en el mercado por razones políticas. Es el caso de Pharmacare, un compañía farmacéutica cisjordana que tiene las puertas cerradas para vender sus medicinas en Israel.
“No permiten que nuestros productos sean registrados o distribuidos para los israelíes. Cualquier artículo con una etiqueta árabe o palestina será rechazado por seguridad”, dice el gerente de marketing de la empresa, Ziyad Abu Rob.
Incluso aquellos productos palestinos que logran romper las barreras y llegar al mercado no tienen la más mínima posibilidad de diferenciarse, ya que se les prohíbe llevar la denominación de origen por motivos políticos.
Las firmas israelíes de las colonias judías en territorio palestino tampoco pasan por sus mejores tiempos. Cada vez más consumidores deciden no comprar sus mercancías porque son percibidas como fruto de la ocupación.
El ministro palestino de Economía, Jawad al Naji, comenta que “la gente en el extranjero no se da cuenta que los productos de los asentamientos israelíes le hacen la competencia a los artículos palestinos. Además, cuando les decimos a los compradores que entre ellos hay diferencia, comprenden que vivimos en zonas ocupadas, entonces pueden elegir qué comprar y qué no”.
De este modo, cuando en el mercado extranjero se adquiere un producto palestino no es para satisfacer una necesidad, sino para solidarizarse con este pueblo ante la falta de reconocimiento internacional. Sin embargo, para los distribuidores este factor puede ser decisivo para decir “no” a la mercancía proveniente de la Autonomía Palestina.
Los que se atreven a apoyar a los productores palestinos se ven obligados a pagar más, ya que el precio de sus mercancías se duplica por lo costoso que es transportarlas. Uno de los sectores más afectados por esta realidad son los agricultores. Más de la mitad de los cereales que producen, se echa a perder al no poder ser vendida a tiempo. Lo mismo ocurre con el producto tradicional de la región, las olivas.
“No permiten que nuestros productos sean registrados o distribuidos para los israelíes. Cualquier artículo con una etiqueta árabe o palestina será rechazado por seguridad”, dice el gerente de marketing de la empresa, Ziyad Abu Rob.
Incluso aquellos productos palestinos que logran romper las barreras y llegar al mercado no tienen la más mínima posibilidad de diferenciarse, ya que se les prohíbe llevar la denominación de origen por motivos políticos.
Las firmas israelíes de las colonias judías en territorio palestino tampoco pasan por sus mejores tiempos. Cada vez más consumidores deciden no comprar sus mercancías porque son percibidas como fruto de la ocupación.
El ministro palestino de Economía, Jawad al Naji, comenta que “la gente en el extranjero no se da cuenta que los productos de los asentamientos israelíes le hacen la competencia a los artículos palestinos. Además, cuando les decimos a los compradores que entre ellos hay diferencia, comprenden que vivimos en zonas ocupadas, entonces pueden elegir qué comprar y qué no”.
De este modo, cuando en el mercado extranjero se adquiere un producto palestino no es para satisfacer una necesidad, sino para solidarizarse con este pueblo ante la falta de reconocimiento internacional. Sin embargo, para los distribuidores este factor puede ser decisivo para decir “no” a la mercancía proveniente de la Autonomía Palestina.
Los que se atreven a apoyar a los productores palestinos se ven obligados a pagar más, ya que el precio de sus mercancías se duplica por lo costoso que es transportarlas. Uno de los sectores más afectados por esta realidad son los agricultores. Más de la mitad de los cereales que producen, se echa a perder al no poder ser vendida a tiempo. Lo mismo ocurre con el producto tradicional de la región, las olivas.
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