La izquierda asegura que los comicios estuvieron marcados por la inequidad, la compra de votos, la superación de los gastos de campaña y la manipulación de las encuestas a favor del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Enrique Peña Nieto, el actual presidente electo mexicano.
Sin embargo, tras cinco horas y media de debate, los siete magistrados decidieron por unanimidad tirar por tierra todos los argumentos calificándolos de "infundados", afirmando que las elecciones fueron libres y auténticas.
Según el Tribunal, la demanda presentada por el Movimiento Progresista y su candidato, Andrés Manuel López Obrador, no demostró con "pruebas idóneas y suficientes" que se produjeran violaciones a la Constitución y a la legislación electoral, de forma que la elección de Enrique Peña Nieto no puede quedar invalidada.
Esta sentencia deja el camino expedito para que el alto tribunal emita el recuento final, declare la validez de los comicios y anuncie oficialmente que Peña Nieto es el presidente electo de México, lo que debe ocurrir, a más tardar, el próximo 6 de septiembre.
La policía cercó con vallas metálicas la sede del tribunal debido a la congregación de manifestantes con carteles en las que podían leerse lemas como "No encerrarán nuestra libertad", entre otros. Una vez anunciados los resultados de los jueces electorales, empezaron a gritar: "Fraude, fraude, fraude”.
Antes de que el Tribunal Electoral validara los comicios presidenciales los jóvenes del movimiento 'Yo soy 132' anunciaron que harán un simbólico "entierro de la democracia" si los magistrados validan las elecciones.
Según el escrutinio oficial, Peña Nieto obtuvo el 38,21 % de los votos en las elecciones del 1 de julio, mientras que el candidato del Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, logró el 31,59 % de los sufragios.