Khalid Chishti, imán de una mezquita de Islamabad, ha sido arrestado este domingo, supuestamente por haber introducido las páginas quemadas de un ejemplar del Corán en la bolsa de nylon de la niña para comprometerla, señaló un oficial de la investigación, Munir Jaffery. Anteriormente, este mismo imán esgrimió que entregó a la policía a la niña para salvarla de la furia del gentío.
El caso ya ha generado una ola de condenas internacionales a favor de la pequeña, cuyo arresto en una cárcel de máxima seguridad fue extendida dos semanas más por la justicia del país, donde el 97% de la población profesa el Islam.
Un representante del Vaticano condenó el caso esgrimiendo que la niña “ni sabe leer ni escribir” e hizo un llamamiento a verificar las pruebas. Más de 900.000 internautas firmaron una petición que exige liberar a la niña, que podría ser condenada a pena de muerte.
El padre de Rimsha dijo que teme por la vida de su hija y por la seguridad de su familia, e hizo un llamamiento al presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari, para que perdone a Rimsha.
Según la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán, al menos 943 mujeres y niñas fueron asesinadas en 2011 por violar las normas de conducta de las mujeres según establecen las leyes de las tribus locales.