Brahimi sustituyó a Kofi Annan, quien renunció el cargo a comienzos de agosto. “No creo que el nuevo enviado pueda tener una gran incidencia”, opina el analista político Miguel Guaglianone. “Si Kofi Annan, que es un hombre reconocido como un gran negociador, tuvo que renunciar porque evidentemente una de las partes del conflicto no está dispuesta a negociar”, el nuevo negociador “lamentablemente no va a tener ningún peso importante en la situación”, explica Guaglianone.
En una entrevista concedida recientemente a la televisión británica, el propio Ladjar Brahimi calificó su misión de "casi imposible" por la escalada de la violencia. Por su parte, su ayudante, Naser al Qudua, subrayó que todavía no se ha perdido la esperanza de hallar una solución aunque "es difícil encontrarla en el momento actual".
Los enfrentamientos entre rebeldes armados y fuerzas gubernamentales no cesan ni por un día. Los combatientes del opositor Ejército Libre Sirio declaran haber derribado en los últimos dos días al menos dos aviones Mig y un helicóptero de las Fuerzas Armadas fieles al Gobierno.
Al mismo tiempo, cerca de la ciudad de Homs varios extremistas han asesinado la vida a cinco cristianos, mientras que en la ciudad de Aleppo, al menos 19 personas murieron durante bombardeos.
Esta situación “parece prolongarse” por un tiempo indefinido porque el “interés fundamental” de la oposición “no es lograr la paz en Siria, sino tumbar al Gobierno de Al Assad y colocar a otro complaciente con los intereses occidentales”, concluye Guaglianone.