El mandatario paraguayo, Federico Franco, que inicialmente descartó acudir ante la justicia internacional, aseguró en una rueda de prensa este viernes que quería sentar un precedente. Así, apenas dos meses después de que la nación fuera excluida del Mercosur tras el juicio político a Fernando Lugo que concluyó con su destitución, Paraguay planea apelar la suspensión del bloque en el Tribunal de La Haya.
El analista del Centro de Estudios de Guatemala Sandino Asturias considera que estas declaraciones son un simple truco publicitario por parte de un Gobierno que se siente apoyado por EE.UU.
“Llama la atención que sean justamente abogados estadounidenses“ los que llevarán el caso, indicó Asturias, que opina que el Gobierno golpista tiene intereses en EE.UU.
En su opinión, la decisión es más bien “una medida de carácter publicitario y político” porque el Gobierno de Franco tiene el apoyo de Washington pero no el de los países de América Latina.
Además cuestiona la autoridad moral y legal del líder paraguayo para realizar una demanda en un tribunal internacional cuando “ni siquiera tiene el reconocimiento de la mayoría de Estados latinoamericanos como presidente de Paraguay”.
“Las decisiones que toman Unasur y Mercosur”, asegura Asturias, “son soberanas y ningún tribunal tiene competencia para definir la política exterior de los países del mundo y en este caso, de América Latina”.
En su intervención, Franco señaló que pretende aprovechar la Asamblea General de las Naciones Unidas, que se iniciará el próximo 18 de septiembre, para ratificar allí su rechazo a la sanción del bloque regional.
Mercosur decidió suspender a Paraguay hasta que se celebren las próximas elecciones en ese país en abril de 2013.