El sumo pontífice llega a Beirut, a tan solo 50 kilómetros de Siria, sumida en una prolongada crisis, en un momento de fuerte tensión en la zona. En este sentido el papa ha lanzado llamados a una solución pacífica y al fin de la violencia. A su llegada, el pontífice hizo un llamado para detener el suministro de armas a Siria, actividad que ha calificado de “gran pecado”.
Uno de los objetivos de la visita es llevar un mensaje de paz a una región desgarrada por la guerra civil de Siria y las recientes violentas protestas islamistas en Egipto, Libia y Yemen contra las delegaciones diplomáticas de EE.UU.
El día de la visita del papa al Líbano también se registran acciones antiestadounidenses. En la ciudad libanesa de Trípoli, situada a 85 kilómetros de Beirut, varias personas atacaron el edificio del restaurante estadounidense KFC y lo quemaron en protesta contra la película sobre el profeta Mahoma.
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"La paz es un bien común y esta visita es muy importante. Será un mensaje de paz para el Líbano, pero sobre todo para Siria", dijo en este contexto el patriarca melquita católico Gregorio III Laham.
"Esperamos que esa visita sea buena para el país, esperamos que traiga la paz al territorio del Líbano y que se cumplan todos los deseos de los ciudadanos, sobre todo la paz que queremos", dijo a los periodistas un ciudadano libanés.
Además, el movimiento chií Hezbolá en vísperas de la llegada del pontífice colgó pancartas en la capital con textos en árabe y en francés que rezan: "Hezbolá da la bienvenida al Papa en la patria de la convivencia".
En vísperas de la llegada del papa, el presidente libanés, Michel Suleiman, afirmó que la visita de tres días consagra el mensaje de su predecesor, Juan Pablo II, quien dijo que el Líbano, el país multiconfesional, “es más que un país, es un mensaje".
"El papa lanzará un llamamiento al diálogo de los cristianos en Oriente, iniciado desde el Líbano, que refleja el diálogo de las civilizaciones y la colaboración con los pueblos de la región", afirmó Suleiman.
Durante su estancia, el pontífice firmará el documento final del Sínodo de Obispos para Oriente Medio, y oficiará un misa en Beirut. Además, en el marco de la visita el papa Benedicto XVI planea reunirse con el presidente, el primer ministro y el jefe del Parlamento libanés, así como con la juventud libanesa y representantes de la élite cultural. El pontífice tiene previsto dialogar con varios líderes religiosos, incluidos los representantes de las comunidades musulmanas en el Líbano.
El Líbano, ubicado en la costa oriental del mar Mediterráneo, se diferencia por su extraordinaria diversidad religiosa. Su estructura política se basa en los principios religiosos, que implica la organización del poder del Estado de acuerdo con la división de la sociedad en comunidades religiosas. El Líbano es el único Estado árabe de la región donde, según la Constitución, los altos representantes del país se dividen por diversas confesiones: el presidente debe ser cristiano maronita; el primer ministro, musulmán suní; y el presidente del Parlamento, un musulmán chií.