Según un vocero de la Quinta Flota estadounidense, “es uno de los múltiples ejercicios que realizamos conjuntamente con fuerzas regionales. La libertad de la navegación es de vital importancia para la comunidad internacional y todas las naciones de la región, Irán incluido”.
Pese a estas declaraciones, el país islámico percibe esta enorme aglomeración de buques, la mayoría de los cuales no son dragaminas sino potentes buques de guerra, como un abierto reto. Este miércoles el Gobierno de Irán advirtió del impacto negativo de las maniobras y prometió controlar su proceso.
Teherán en reiteradas ocasiones amenazó con bloquear las exportaciones petroleras a través del estrecho de Ormuz, por donde pasa el 40% del tráfico mundial de crudo, en caso de una posible agresión.
Sin embargo, las “operaciones de desminado” se llevarán a cabo también los estrechos de Omán y Adén, así como en el mar Rojo. Según el “guión” de los ejercicios, el Golfo estaría minado por una “organización terrorista”.
Se ha anunciado que los ejercicios durarán hasta el 27 de septiembre y además de la Armada estadounidense contarán con la participación de Francia, Reino Unido, Nueva Zelanda, Jordania, Japón y flotas de otros aliados de EE.UU.