La protesta china recobró fuerza renovada después de que el Gobierno de Japón anunciara la compra de tres de las cinco islas en disputa, que se encontraban en manos privadas niponas, en una transacción ya concluida y valorada en unos 20,5 millones de euros. Este viernes el Gobierno chino envió dos patrulleros a las aguas que bañan el archipiélago.
AFP / Mark Ralston
El lunes, el primer ministro chino, Wen Jiabao, dijo que Pekín no hará "absolutamente ninguna concesión" respecto al archipiélago, enfatizando que "las Diayou son parte inalienable del territorio chino".
Aunque Japón dice que tomó el control del archipiélago -que podría contar con grandes recursos marinos y energéticos- en la década de 1890, China alega por su parte que descubrió y bautizó antes las islas, que han sido administradas por la defensa costera nacional desde los tiempos de la dinastía Ming (1368-1644).
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El conflicto se ha reabierto en las pasadas semanas, viviéndose momentos de especial tensión cuando un grupo de activistas de Hong Kong desembarcó en ellas el pasado mes de agosto. Japón los detuvo y deportó. Pocos días después, un grupo de nacionalistas japoneses hizo lo mismo, desatando una serie de manifestaciones contra el país vecino en varias ciudades chinas.