"¡Vamos! ¡Quieren arruinar el país, hay que impedirlo!". Esta es la llamada principal de los principales sindicatos españoles, CCOO y UGT, así como de centenares de organizaciones sociales, que han convocado decenas de marchas que salen desde distintos puntos de la capital. Al mediodía los ciudadanos descontentos por el desempleo y la crisis incesante se reúnen en la céntrica plaza de Colón.
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A lo largo del último año en España no han cesado las protestas sociales, pero esta sí se diferencia de otras por la diversidad de los participantes: a la gran marcha se suman las 'mareas' de manifestantes vestidas de diferentes colores. Así, los trabajadores de la Educación Pública van de verde; los trabajadores de Sanidad, de blanco; los representantes de los servicios sociales y la dependencia, de color naranja; los servicios públicos en general, de negro, mientras las asociaciones femeninas (que también se ven considerablemente afectadas por la crisis) van de violeta.
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Los manifestantes se oponen a la política “injusta” del Gobierno de Mariano Rajoy. Desde su llegada al poder ha aprobado una serie de reformas que han causado un gran descontento en todas las capas de la sociedad española. Hoy los manifestantes vuelven a mostrar su profundo rechazo a las iniciativas del Ejecutivo que, según señalan, no formaban parte de su programa electoral. El objetivo final de la movilización es conseguir un referéndum.
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La política de recortes del Gobierno español abarca el incremento del IVA, reducciones en el sector público y la eliminación de las pagas extra de Navidad, entre otras muchas medidas. Además, los casi dos años de recesión han bajado el nivel de vida y han aumentado el desempleo.
"La presión sobre los ciudadanos cada vez se hace más insoportable, cada vez se reducen más sus ingresos gracias a la reforma laboral y a la supresión de la paga extra", denuncia la Plataforma Social en Defensa del Estado del Bienestar, formada por los principales sindicatos.
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"La troika ordena, el Gobierno impone y la juventud responde". Es otro tema que se puede ver en las pancartas de los españoles indignados. Tras obtener ayuda financiera para recapitalizar los bancos, el Gobierno de Rajoy hoy está presionando para recibir un rescate de la UE para toda la economía deteriorada del país. Entre tanto, en Bruselas el Ejecutivo reiteró el compromiso de cumplir con las tareas para reducir el déficit presupuestario, incluso a través de nuevas medidas de austeridad “si son necesarias”, algo que podría ahorcar definitivamente a unos ya ahogados ciudadanos.
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