Entre petardos y bocinazos, los manifestantes exigieron al Ejecutivo conservador de Pedro Passos Coelho que no aplique las medidas de ajuste anunciadas la semana pasada, necesarias para recibir la mayor parte de los 78.000 millones de euros del rescate acordado el año pasado y que supondrán en 2013 una nueva reducción de salarios superior al 7%.
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Un batallón de policías antidisturbios
con perros intentaba controlar el ambiente frente a las puertas de la Asamblea de la República lusa, lleno de abucheos, empujones, lanzamientos de botellas y de bengalas.
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La ira popular contra el primer ministro se dejó sentir con fuerza en las marchas, en las que se reclamó su dimisión y un cambio drástico de política que frene el desempleo y el deterioro de los servicios públicos.
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En las protestas, que fueron convocadas a través de Internet, se corearon consignas como "¡Fuera de aquí! El FMI es hambre y miseria" o "Que se fastidie la Troika".
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En Lisboa, la capital lusa, algunos manifestantes lanzaron tomates y botellas de plástico contra la sede del Fondo Monetario Internacional en Portugal y gritaron consignas pidiendo la salida del país de ese organismo, que ya ha intervenido en otras dos ocasiones la economía lusa para conceder ayudas financieras.
La concentración en Portugal coincidió con otra manifestación en España, donde miles de personas, representantes de diferentes sectores profesionales y procedentes de todas las comunidades autónomas, se unieron para condenar los recortes del Gobierno de Rajoy.
(AFP / Patricia de Melo Moreira)
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