Según el jefe del Pentágono, el objetivo principal de la instalación del sistema antimisiles norteamericano en Japón es defender a la región de un posible ataque por parte de Corea del Norte. Además añadió que este segundo radar del sistema permitirá defender de la amenaza norcoreana no solo a las islas niponas, sino también a parte del territorio de EE.UU. El máximo responsable de Defensa destacó también que el sistema no está orientado a la defensa contra China.
Las autoridades de ambos países todavía no han determinado el lugar exacto donde se desplegará el nuevo radar de alerta temprana sobre un ataque de misiles.
El primer radar del sistema se instaló en 2006 en el norte de Japón, en la prefectura de Aomori.
A pesar de que Washington asegura que el sistema de defensa antimisiles no está dirigido contra China, numerosos expertos opinan que el arsenal de misiles de este país asiático es considerado por la Casa Blanca como una de las principales amenazas en la zona.
“No existen otros países en la región que puedan ser una amenaza para EE.UU. en este sentido”, opina el vicepresidente de la Academia Rusa de Asuntos Geopolíticos, Konstantín Sivkov, quien comentó la situación para el diario ruso Vzgliad. Según Sivkov, “China puede empezar la producción masiva de misiles balísticos intercontinentales para, a través del incremento de la cantidad de cohetes, asegurar la superación del sistema de defensa estadounidense”.