De este modo, Obama aprovechará su posición como jefe del ejecutivo para contrarrestar las críticas del candidato republicano, Mitt Romney, de favorecer el traspaso de puestos de trabajo estadounidenses a China y de mostrarse débil ante la potencia asiática.
De acuerdo con altos funcionarios del Gobierno, el presidente anunciará este lunes una demanda contra las supuestas subvenciones ilegales de China a las exportaciones de automóviles y componentes nacionales. Washington acusa a Pekín de proporcionar al menos 1000 millones de dólares en subvenciones ilegales desde 2009 hasta 2011 a las exportaciones de estos artículos.
El anuncio se efectuará durante un acto de campaña en Ohio, un estado clave y sin preferencia electoral marcada, que cuenta con una importante base manufacturera en la que muchos culpan a China de deprimir su industria.
Asimismo, en cuanto a las importaciones a China, el Gobierno de Obama considera que Pekín abusa de las leyes de comercio al imponer impuestos por valor de 3000 millones de dólares a las exportaciones de automóviles estadounidenses, informó la agencia Reuters.
Obama y Romney llevarán a cabo esta semana en una serie de viajes por estados muy disputados electoralmente en momentos en que las campañas de ambos cruzan críticas por la inestabilidad en Oriente Próximo tras los turbulentos acontecimientos sucedidos en varias embajadas estadounidenses.
La economía y China son también temas candentes en las campañas de ambos candidatos. Mientras que el republicano acusa al actual presidente de mostrarse débil ante el régimen asiático en detrimento de los trabajadores estadounidenses, Obama asegura que Romney tiene inversiones en empresas chinas y transfirió puestos de trabajo a ese país cuando dirigía la empresa de inversiones Bain Capital.