Comparado con el J-20 (caza de quinta generación chino que se desarrolla ahora), el J-21 tiene un empenaje convencional, similar a los de los F-22 y F-35, en vez del canard (estabilizador horizontal delante a las alas) del Chengdu J-20. La situación de las tomas de aire también se parece a las del F-35 Lightning II. A diferencia del F-35 la aeronave está dotada de dos motores y expertos chinos sugieren que posiblemente se trata de los Klímov RD-93 rusos, pero desprovistos de toberas de empuje vectorial.
¿Caza embarcado?
Otros expertos deducen que también carece de capacidades STOVL (de despegue corto y aterrizaje vertical), pero la forma de su morro indica que se trata de un caza embarcado. En este contexto sobre todo destaca la doble rueda de su tren delantero: los trenes de aterrizaje de este tipo los usan otros cazas que operan desde portaaviones, tales como el Rafale francés, el Su-33 ruso o el F/A-18 E/F Super Hornet estadounidense.
Hoy por hoy China no cuenta con portaaviones. La única nave china de este tipo, el Shi Lang (el portaaviones soviético Varyag renombrado, que fue comprado a Ucrania en 1998 a precio de 'chatarra', ya que no pudo finalizarse su fabricación debido al desplome de la URSS) está pasando pruebas de navegación para ser entregado a la Armada china a finales de este año. No obstante, en agosto del presente año el rotativo chino Shanghai Daily informó que el gigante de 300 metros de eslora no estaría operativo antes del año 2017.