Un grupo de científicos de la Universidad de Pensilvania, encabezado por Charles O'Brien, concluye que el nivel de alcoholismo y farmacodependencia es “inadmisiblemente alto”.
Los científicos determinaron que entre los años 1998 y 2008 el número de militares en servicio que abusaban de bebidas alcohólicas de manera regular creció del 35% al 47%. Para poder hacerse una idea de lo que esto supone, entre la población general del país este índice es de un 17%.
Además, un 20% de los militares ya eran adictos a las bebidas alcohólicas de alta gradación en 2008, año más reciente del que se disponen los datos.
También es preocupante la adicción a las drogas, aunque no se trata del consumo ilegal de estupefacientes, sino de una dependencia de medicamentos prescritos y su uso inadecuado. Entre los años 2001 y 2009 el número de fármacos prescritos en el Ejército se cuadruplicó alcanzando los 3,8 millones. Si en 2002 solo el 2% de los militares abusaron de medicamentos, en 2008 ya eran el 11%.
Tanto el alcohol como otras sustancias adictivas son una amenaza a la “salud pública” así como “perjudiciales para el rendimiento y aptitud psicológica” de los militares, señala el informe.
Por eso, los investigadores recomiendan revisar los métodos de tratamiento de los militares para reducir el consumo de medicamentos adictivos. Además, aconsejan disminuir el número de puntos de venta de bebidas alcohólicas en las unidades militares y limitar el tiempo de su funcionamiento.