“Los musulmanes se levantan no solo en Oriente sino también en Occidente”, asegura Anjem Choudary, activista musulmán. El motivo es la controvertida película ‘La inocencia de los musulmanes’, producida en EE.UU. y que ha prendido la mecha del odio hacia Washington en el mundo islámico.
“Los estadounidenses tienen toda la responsabilidad de lo que sucede. Ellos tienen tropas en Oriente Próximo, han matado a musulmanes, han ocupado esa tierra. Y las muertes que se producen allí son culpa suya”, considera otro activista, Abu Izzadeen.
Y los musulmanes del Viejo Continente dejan claro su disgusto, algo que se deja notar especialmente en los países con grandes comunidades de fieles del islam. La difusión del filme de producción estadounidense parece haber sido la gota que colmó un vaso lleno de descontento por la política exterior de la Casa Blanca.
La ola de ira en Europa se ha propagado por los países donde viven grandes comunidades musulmanas. Los ecos del odio hacia EE.UU. se oyen incluso en el Reino Unido, su viejo aliado. Frente a la embajada norteamericana, musulmanes alzan su voz en defensa de su credo.
Los actos de violencia afectan también a otras embajadas norteamericanas en el continente. Varios analistas consideran que estos actos son una oportunidad para los islamistas radicales de reclutar nuevos miembros.
“Son extremistas. Quieren un mundo mejor y buscan cómo aprovecharse del actual. Muchos jóvenes (hombres y mujeres de Bruselas) los siguen y se acostumbran a las manifestaciones y a proponer demandas extremas. Y esto es algo que siempre provoca preocupación”, advierte la analista de seguridad de la agencia analítica IHS Global Insight, Carina O´Relly.
De esta manera, el conflicto, iniciado en la zona de Oriente Próximo, parece trasladarse a Europa, que además de enfrentarse a una grave crisis económica también se hunde en una lucha religiosa y étnica que podría ser el último clavo del ataúd del multiculturalismo.