Según el documento del DHS, titulado Acciones de Control Migratorio 2011, en el pasado año fiscal los funcionarios de varias agencias de inmigración detuvieron a 429.000 indocumentados y expulsaron a unos 397.000 inmigrantes de EE.UU.
Los funcionarios tratan de justificar estas cifras recalcando que aproximadamente el 55% de los afectados tenían antecedentes penales o habían sido expulsados previamente. No obstante, el creciente número de detenciones y deportaciones inquieta a los defensores de los derechos de los inmigrantes.
Todavía se desconocen los datos correspondientes a lo que va de 2012 y hace tan solo unos meses el Gobierno de Obama emitió una directiva que permite a los inmigrantes indocumentados que llegaron a EE.UU. cuando eran niños solicitar la suspensión de su deportación. Sin embargo, algunos expertos afirman que el actual mandatario alivia las deportaciones en busca del voto inmigrante en los próximos comicios presidenciales.
El documento, disponible en el sitio web del DHS, se publica la misma semana en la que en el estado de Arizona, en el suroeste de EE.UU., entró en vigor una cláusula hasta ahora no aplicada de la ley antiinmigrante por la que la Policía puede solicitar los documentos migratorios a cualquier individuo sospechosos de permanecer en el país de manera irregular.
Decenas de personas protestaron por la puesta en marcha de la medida, ya que, según activistas, derivará en una discriminación racial sistemática en el país.