Según los activistas que apoyan la campaña, esta tecnología ya “ha afectado a muchas comunidades y ha destruido vidas. Contamina el agua y hace que las personas enfermen”.
No obstante, algunos científicos no comparten las preocupaciones de los ecologistas sobre la fractura hidráulica, que consiste en inyectar en el terreno grandes cantidades de agua, arena y productos químicos para ampliar las fracturas existentes en el sustrato rocoso que encierra el gas o el petróleo y favorecer así la salida hacia el exterior de estos combustibles.
A pesar de que para esta técnica se necesitan grandes cantidades de agua, la Agencia para la Protección del Medioambiente de EE.UU. señala que el uso del gas ha ayudado a disminuir la contaminación provocada por otros combustibles fósiles como petróleo o carbón.
Las protestas de GlobalFrackdown se convocan en algunos de los estados con grandes depósitos de gas natural, como Pensilvania, Nueva York, Ohio, Virginia Occidental o Texas.
La preocupación por el asunto también existe en países europeos como Francia o Polonia. “Debemos promover fuentes de energía renovables. Pero ahora estamos concentrados en los combustibles fósiles y así será por un tiempo”, opina el profesor de hidrología de la Escuela de Estudios sobre el Bosque y el Medioambiente de Yale, James Saiers.