De acuerdo con una antigua tradición, el alcalde de la urbe, Christian Ude, dio comienzo al evento, clavando un grifo especial en un barril de esta ancestral bebida.
Los organizadores de la celebración, que durará hasta el próximo 7 de octubre, esperan la llegada de unos 6 millones de visitantes.
Aparte de su gran popularidad, la Oktoberfest es un evento muy rentable. El año pasado los visitantes gastaron más de mil millones de euros.
La historia de la fiesta se remonta al 12 de octubre de 1810. Aquel día el príncipe Luis de Baviera se casó con la princesa Teresa de Sachsen-Hildburghausen. La fiesta, a la cual fueron invitados los ciudadanos de Múnich, se celebró en un prado frente a las puertas de la ciudad y culminó con una carrera de caballos.
Tras el éxito de aquella primera celebración, la fiesta popular continuó celebrándose año tras año y fue añadiendo nuevos acontecimientos, como los desfiles de trajes tradicionales, la reunión de propietarios de cervecerías o las atracciones de feria, que buscan superarse año a año.
El comienzo de la fiesta se adelantó a septiembre para aprovechar las condiciones del tiempo, más benignas en este mes.