Los parlamentarios tomaron esta decisión al término de dos días de enfrentamientos en Bengasi, la segunda ciudad más grande de Libia, entre unos grupos de civiles y las fuerzas radicales que actuaban de forma independiente del Gobierno. Ordenaron también fundar un ‘centro de operaciones’ que coordinará el desarme de las milicias. Los Ministerios de Interior y de Defensa delegarán allí a sus representantes, así como las milicias que lograron ingresar en las Fuerzas Armadas del nuevo régimen.
La agencia Reuters supuso que la acometida de miles de manifestantes contra los cuarteles de los grupos radicales en Bengasi podía haber sido impulsada y coordinada por la Policía y las tropas leales al Gobierno central. Tendría la finalidad de ‘limpiar’ las milicias, evitando una rivalidad directa entre quienes fueron aliados durante la campaña contra el antiguo régimen dictatorial: los ex rebeldes.
La disposición del Parlamento solo admite la existencia de las milicias que representen la legitimidad del Estado, o sea las que estén integradas oficialmente en las Fuerzas Armadas. Con la nueva medida se ha conseguido ya que las milicias Ansar al Sharia (presuntamente vinculada con Al Qaeda) y Abu Slim anunciaran su autodisolución.