En 2008, el hombre, cuyo nombre no se ha hecho público, estaba en paro y trataba de ahorrar dinero usando Skype. Por ello accedió a Internet en busca de códigos numéricos que le permitieran no pagar las llamadas a teléfonos fijos por medio de esta aplicación informática. Probando uno de los consejos recibidos en un foro, empezó a marcar números al azar para conectarse con alguien.
En algún momento le respondió el Departamento de Deudas del Banco de Francia (el banco central galo), aunque él no fue consciente de ello, ya que la voz automática que le contestó no se identificó, sino que le pidió marcar seis cifras. Sin pensarlo mucho, marcó los números del uno al seis en orden ascendente. No sucedió nada más y el hombre colgó. Al otro lado del teléfono, sin embargo, la llamada tuvo unas consecuencias totalmente imprevistas: el servicio del banco quedó inutilizado por dos días.
Encontrar al pirata informático accidental no debería de haber sido complicado, ya que había usado su verdadero nombre y dirección para entrar en Skype. No obstante, la Policía tardó dos años en localizarlo y empezar un proceso penal contra él por acusaciones de piratería informática. Al parecer, los representantes de las fuerzas del orden quedaron asombrados tras descubrir que el supuesto ‘hacker’ había tumbado el sistema de seguridad del principal banco del país sin ninguna intención de hacerlo y con ayuda de un ordenador anticuado y barato.