Los tres países buscan aumentar la presión sobre los bancos y el comercio de la República Islámica, así como sobre los altos funcionarios iraníes a los que estaría vetado entrar en el territorio de la UE.
El ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, insatisfecho por los resultados de las negociaciones, anunció que “es necesario que endurezcamos aún más las sanciones".
El pasado 23 de septiembre, en la reunión con el líder iraní, Mahmud Ahmadineyad, en Nueva York, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, le instó a demostrar “la naturaleza pacífica” del programa nuclear.
La reunión se celebró dos días antes del inicio de los debates de la Asamblea General de Naciones Unidas donde intervendrá Ahmadineyad. Sin embargo, a la cita faltarán dos ministros y otros 18 miembros de la delegación iraní, ya que Estados Unidos les denegó el visado.
Además, este jueves, 27 de septiembre, la jefa de la política exterior europea, Catherine Ashton, dirigirá en la sede de Naciones Unidas en Nueva York una reunión de Alemania, China, EE.UU., Francia, el Reino Unido y Rusia sobre el controvertido programa nuclear de irán.
EE.UU. y sus aliados sospechan que Irán está desarrollando armas nucleares, aunque Teherán insiste en el carácter pacífico de sus investigaciones. Mientras Washington incrementa la presencia militar en aguas cercanas a las costas iraníes, Tel Aviv amenaza a Teherán con un ataque unilateral.