La resolución fue aprobada por 41 votos a favor, 3 en contra y 3 abstenciones.
Durante los debates, la representante rusa se pronunció en contra de las conclusiones de la comisión investigadora, que tildó de “mal fundadas”.
"No estamos de acuerdo con las concusiones sobre la tragedia de Houla. El asunto de la culpabilidad sigue pendiente. La investigación debe ser llevada hasta el final. No se debe acusar a un Gobierno sin tener pruebas suficientes”, declaró la representante rusa.
La matanza de civiles en la aldea siria de Houla ocurrió el 25 de mayo. Al menos 109 civiles, entre ellos 34 niños, fueron asesinados y 300 personas resultaron heridas, según los datos de la ONU. Tanto la oposición como el Gobierno de Bashar al Assad evitaron atribuirse la autoría.
Según la versión oficial de Damasco, los insurgentes del Ejército Libre
Sirio sometieron a un fuego intenso las posiciones de tropas
gubernamentales en la zona de las poblaciones de Houla y Tel-Du. Los militares
se vieron obligados a atrincherarse y apenas respondieron al fuego.
Puesto que el ataque de los insurgentes no fue selectivo murieron civiles en Houla. Posteriormente los rebeldes entraron en la
localidad de Tel-Du y mataron a tiros a todos los miembros de dos familias simpatizantes del Gobierno.
Por su parte, las fuerzas rebeldes acusan directamente al Ejército de Al
Assad y sus partidarios de ser los responsables de la matanza.
"No cabe la menor duda de que al episodio en Houla se le da intencionadamente importancia mediática para sentar una base para la injerencia exterior”, agregó la representante de Rusia.
Desde el principio Moscú no descartaba que la masacre, atribuida por los Estados occidentales a las milicias progubernamentales 'shabiha', podría haber sido parte de una provocación.