Se trata de un canadiense detenido en Afganistán en octubre de 2002 por un supuesto ataque contra militares estadounidenses. Sin embargo, reconoció su culpa por el asesinato de un oficial 8 años después y tras un acuerdo judicial que le reducía 32 de los 40 años de su condena.
El nombre de esta cárcel está a menudo relacionado con torturas. El cierre de la prisión fue uno de los puntos del programa electoral de Barak Obama, pero la prisión sigue funcionando en la actualidad.
La analista internacional Gloria la Riva opina que el dirigente intenta mejorar su imagen en vísperas de las elecciones de este año.“Creo que la razón por la cual los presos de países occidentales han sido repatriados es posiblemente porque EE.UU. necesita mantener sus alianzas y coalición para mantener la ocupación en Afganistán y seguir con los ataques de bombardeos en Pakistán, Yemen y otros países. También esos países están sintiendo mucha presión de movimientos en defensa de esos presos. Tal vez es por esa razón que los presos de los países occidentales fueron transferidos antes. Según las leyes de EE.UU. está prohibido forzar a alguien a confesar con tortura”, dice la experta.
“Tal vez con estas semanas que quedan para las elecciones Obama está haciendo unas simbólicas y pequeñas acciones que había prometido hace mucho tiempo o que el pueblo esperaba”, opina La Riva.
La experta denuncia que el caso de Guantánamo es “un real crimen de guerra, un crimen contra la humanidad”. “Es necesario que todos nos pongamos enfrente a exigir el cierre de la base de Guantánamo y no solo eso, sino regresar esa tierra que pertenece a Cuba”, urge.