Desde las 8:00 (hora local) las autoridades marcan a los electores que hayan acudido a las urnas con un tinte especial que se aplica a la uña del pulgar. La medida de precaución busca evitar los eventuales fraudes relacionados con el desplazamiento entre varias mesas electorales de grupos de ciudadanos activistas de una u otra fuerza política. No obstante, varios observadores han vaticinado fraude y posibles disturbios posteriores.
Antes de la jornada electoral el bloque opositor potencialmente más votado —la coalición Sueño Georgiano— ya festejó un triunfo virtual. Su líder, el multimillonario Bidzina Ivanishvili, proclamó que solo “hay que formalizar la victoria”. Un multitudinario mitin en su apoyo en el centro de Tbilisi, la capital del país, fue el escenario de la declaración.
Sin embargo, los sondeos realizados difieren mucho en los resultados que se prevén para cada uno de los dos movimientos y catorce partidos políticos admitidos por la comisión electoral. Según la encuesta realizada por la alemana Forsa, solo un 25% de los que planeaban participar en los comicios iban a apoyar el oficialismo.
El Ejecutivo perdió muchos votos tras la difusión en Internet de un vídeo con imágenes de abusos sexuales y torturas a reclusos en una prisión capitalina que terminó provocando un escándalo internacional.
La jornada transcurre sin incidentes significativos en los 3.500 colegios electorales del país. Varias decenas de mesas electorales están a disposición de los georgianos residentes en el exterior. 73 escaños del Parlamento se reparten por circunscripciones uninominales, mientras que otros 77, por las listas de partidos.
Antes del mediodía ya había votado una cuarta parte de la población llamada a las urnas. Al cierre de los colegios, (20.00, hora local; 16.00, GMT), se harán públicos los sondeos a pie de urna.