La decisión se toma pese a que el Gobierno japonés hizo público su objetivo de abandonar la energía nuclear en la década de 2030.
La central nuclear de la localidad de Oma, en la provincia de Aomori, será la primera de nueva construcción después del accidente de marzo de 2011 provocado por un devastador tsunami, que tuvo lugar a causa de un fuerte terremoto. Desde 2008, J-Power ya había completado el 40 % de las obras de la planta y planeaba inaugurarla en noviembre de 2014, pero tras la tragedia de Fukushima, suspendió las obras.
"La central será altamente segura y fiable, usando la más avanzada tecnología", indicó la operadora, que instalará en la planta de Oma un reactor de agua en ebullición que usará una mezcla de plutonio y uranio como combustible.
Antes de la tragedia de Fukushima, Japón obtenía casi un tercio de su electricidad de las centrales nucleares pero actualmente mantiene activos solo dos de sus 50 reactores atómicos.