Estas alarmantes cifras se publican en el reciente informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP por sus siglas en inglés) y la Interpol, en el que se describen los métodos que la delincuencia organizada utiliza para "obtener y lavar la madera ilícita" proveniente de la cuenca del Amazonas, África Central y el sudeste de Asia.
El documento subraya también que el índice de la tala ilegal va en aumento, debido a las avanzadas técnicas de ocultamiento utilizadas por los cárteles. Además, indica que los registros de importación y exportación no son confiables y que no pueden tomarse como referencia para realizar un inventario completo del comercio legal de madera.
"Las operaciones ilegales son cada vez más sofisticadas (…) Las unidades del crimen organizado a menudo falsifican firmas, 'hackean' las bases de datos comerciales de los Gobiernos e incluso sobornan a los funcionarios para obtener un permiso", advierte la UNEP.
Asimismo, el organismo señala que actualmente la tala ilícita a nivel mundial representa entre el 15 y el 30%, con ingresos por su comercio de 30.000 a 100.000 millones de dólares por año.
Dado que la práctica es rentable, las organizaciones criminales continuarán con sus esfuerzos, en detrimento del medioambiente, la economía local e incluso la vida de las poblaciones indígenas.
"Sin un esfuerzo internacional coordinado será difícil frenar esta práctica. Mientras, el crimen organizado seguirá evadiendo a las autoridades o desplazando sus bases de operaciones de un lugar a otro", concluye el informe.
La desaparición de los bosques naturales y la tala indiscriminada tendrían a largo plazo, repercusiones desastrosas para el planeta. Se ha confirmado que las emisiones de carbono, como resultado de la deforestación, desempeñan un papel crítico en el cambio climático.