"Las primeras indicaciones muestran que todo fue muy bien", comenta el diseñador del motor, el ingeniero Daniel Jubb.
Ese motor cohete, que consume un combustible hibrido de goma sintética y agua oxigenada de alta concentración, será instalado en el coche supersónico el Bloodhound SSC. Sin embargo, ese dispositivo no será el único propulsor que utilizará el vehículo para romper la barrera del sonido, dado que el auto también incorporará un motor del avión de caza Eurofighter Typhoon y un motor de Fórmula Uno.
El Bloodhound SSC, un coche supersónico, tiene una carrocería de una forma aerodinámica de carbono y fibra de vidrio, con una longitud de 4 metros y con un diámetro de su soplo reactivo de 45 centímetros. Pesa más de 7 toneladas. El tiempo aproximado para alcanzar una máxima velocidad de 1.600 kilómetros por hora es 40 segundos. En ese periodo el vehículo recorrerá una distancia de 7,2 kilómetros, la misma que se necesita para pararlo.
Sus creadores planean finalizar el Bloodhound el próximo año y a principios del 2014 romper el récord mundial de velocidad terrestre de 1.227 kilómetros por hora tras alcanzar más de 1.600 kilómetros por hora en Cabo del Norte, en Sudáfrica.