“Las sanciones han influido de manera negativa en todas las capas de la sociedad, en concreto provocando el aumento de la inflación, el auge de los precios de las materias primas y la energía eléctrica y el déficit de productos de primera necesidad, incluyendo los medicamentos”, constató el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
El alto funcionario del organismo internacional apuntó que esto afecta también a las operaciones humanitarias en el país dificultando la compra y la entrega de las mercancías. “Incluso las compañías que han obtenido la autorización correspondiente para importar alimentos y medicamentos tienen dificultades, ya que se ven obligadas a buscar bancos en un tercer país para poder realizar los pagos”, señaló el jefe de la ONU.
Las dificultades vinculadas con la realización de operaciones financieras con Irán hicieron que muchas compañías farmacéuticas decidieran detener el suministro de medicamentos a la nación persa. Como resultado en el país hay un déficit de los fármacos usados para el tratamiento de determinadas enfermedades como el cáncer, la insuficiencia cardiaca y pulmonar y la esclerosis múltiple.
Además de las sanciones aprobadas por el organismo internacional, la República Islámica está sometida a las sanciones unilaterales de EE.UU. y de la Unión Europea que Occidente usa para obligar a Irán a abandonar su programa nuclear. El embargo a las importaciones del petróleo iraní introducido por la UE y las sanciones impuestas a los bancos iraníes han jugado un importante papel en el empeoramiento de la situación humanitaria en el país.
Las potencias occidentales opinan que el proyecto iraní tiene como el objetivo principal la creación de una bomba atómica, mientras que Teherán afirma que tiene fines puramente pacíficos.