“Ojalá la solución al crimen organizado internacional fuera tan directa y simple, pero no es así”, considera el alto funcionario. Además, sostiene que si el tráfico de drogas deja de ser fuente de ingresos de los carteles, los criminales se dedicarán a otras actividades ilegales como el secuestro, la piratería, el contrabando o la prostitución.
Sin embargo, la situación en algunos países de América Latina hace la aplicación de semejantes iniciativas algo más factible, según opinan algunos expertos. Así, en Argentina, el senador Salvador Cabral, anunció que planea presentar un proyecto de ley para que el Gobierno “se haga cargo de la comercialización de las drogas”.
Su propuesta se inspira en la iniciativa del presidente uruguayo, José Mujica, quien promueve la idea de que el Estado asuma “el control y la regularización de la importación, producción, adquisición, almacenamiento y comercialización de marihuana o sus derivados”.
La despenalización de algunas drogas “parece interesante para países de Sudamérica aunque para Centroamérica y EE.UU. sería muy difícil”, considera el analista del Centro de Estudios de Guatemala Sandino Asturias.
Mientras EE.UU. y algunos países centroamericanos son corrompidos por el narcotráfico” y “están prácticamente de rodillas” frente al crimen organizado, Argentina y Uruguay son “Estados no infiltrados por el narcotráfico”, explica Asturias.
En EE.UU. el tema del narcotráfico se ha visto siempre como un “asunto de carácter militar”, señala el analista. Si vieran el consumo de drogas como un “problema de salud pública” y si hubiera mayor atención médica, “se obtendría una visión integral del problema”, concluye.