Las fuerzas se concentran en especial en las ciudades Suruc y Oncupinar, de las provincias de Sanliurfa y Gaziantep (ambas del sudeste del país). Incluyen un gran número de carros de combate y sistemas de misiles.
El despliegue viene un día después de que el Ejército turco abriera fuego contra territorio sirio en respuesta a dos obuses supuestamente disparados desde Siria. Uno de ellos cayó a 50 metros, mientras que otro a más de un kilómetro de la frontera, ambos sin causar víctimas.
El inicio de la tensión se debe a otro incidente: cinco civiles murieron el 3 de octubre por el impacto de un proyectil de mortero en una casa particular en el municipio de Akcakalé. Turquía respondió a aquel supuesto ataque sirio con fuego de artillería contra las tropas sirias que llevaban a cabo un operativo contra los rebeldes en la zona limítrofe.El representante sirio ante la ONU, Bashar al-Jaafari, expresó sus condolencias a los diplomáticos turcos por la muerte de civiles, pero afirmó que era temprano para pedir disculpas. Y es que la investigación sobre el origen de los proyectiles continúa y no está claro que hayan sido disparados por el Ejército sirio. Sin embargo, Turquía prefirió declarar que Damasco sí había aceptado la responsabilidad por el ataque mortal.