En este, Romney criticó a Obama por no respaldar a los insurgentes sirios. Prometió que “cooperará con los aliados” de EE.UU. para “organizar” a los miembros leales de la oposición armada siria y “garantizar que obtengan las armas que necesiten para derrotar a los tanques, helicópteros y cazas de Al Assad”.
Además, Romney aseguró que EE.UU. también debe ayudar a los rebeldes en Siria para que la derrota “alcance a Irán”.
Mandar portaaviones al golfo Pérsico
Respecto al polémico programa nuclear de Irán, Romney propone endurecer las sanciones contra la república islámica e imponer nuevas.Además, el republicano intenta amenazar a Teherán aumentando la presencia estadounidense en el golfo Pérsico. “Restableceré la presencia permanente de destacamentos con portaaviones tanto en el Mediterráneo oriental como en la región del Golfo”, afirma.
También Romney habla de planes de “aumentar la asistencia militar y la coordinación” con Israel, un país que podría planear un ataque preventivo contra las instalaciones nucleares iraníes. Así, el candidato manifiesta su rechazo a la actual política internacional de Washington en Oriente Próximo, a la que tilda de demasiado cautelosa.
El aspirante critica la reacción de la Casa Blanca al asesinato de su embajador en Libia, del que responsabiliza a terroristas, y da a entender que podría frenar la retirada de tropas de EE.UU. de Afganistán.
La política exterior es un tema crucial para Romney ya que muchos de sus detractores indican que el republicano no ha mostrado con claridad sus propuestas en política internacional, salvo en sus duras críticas hacia Rusia y China. En varias ocasiones el candidato presidencial ha calificado a Rusia del adversario número uno de EE.UU. y acusó a China de “robar” propiedad intelectual estadounidense y de causar el aumento del desempleo en el país. Sin embargo, la credibilidad de estas posturas quedó en el entredicho cuando la publicación de la declaración de impuestos del candidato demostró que este invierte en compañías petroleras rusas y chinas.