La decisión de la empresa, que intenta a salir de la crisis, implicaría el despido de 8.000 empleados. Los representantes del sector se congregaron en las puertas del edificio donde se celebra el Salón Mundial del Automóvil de París. Un grupo de manifestantes intentó irrumpir en las instalaciones, por lo que los guardias de seguridad emplearon gases lacrimógenos.
La protesta de los empleados de PSA forma parte de manifestaciones en
todo el país contra la reducción de puestos de trabajo. Miles de
personas marcharon en Lyon y en Marsella, según estimaciones de la
Policía y de los sindicatos, mientras que más protestas estaban
planificadas en otras ciudades.
Actualmente Francia se encuentra en una grave crisis económica: la tasa de desempleo está por encima del 10% y el número de desocupados superó los 3 millones por primera vez en 13 años.