Los médicos operaron este miércoles a la joven de 14 años para extraerle la bala. Después del primer examen, los profesionales precisaron que la chica, que recibió disparos en la cabeza y en el cuello, estaba fuera de peligro, pero más tarde la trasladaron a Peshawar en helicóptero para operarla.
La activista, ganadora del Premio Nacional de Paz y objeto de atención mundial por sus esfuerzos para devolver la paz a su pueblo natal, Swat, y por defender los derechos humanos, fue atacada este martes, cuando regresaba de la escuela.
Según sus familiares, hay seguridad estricta tanto dentro como fuera del hospital militar donde fue internada Malala.
El atentado fue reivindicado por los talibanes. El portavoz del movimiento islamista radical, Ehsanullah Ehsan, confirmó el martes que el comportamiento de la niña era indecente y que había que pararlo, añadiendo que en caso de que Malala sobreviviera, no la perdonarían ni la dejarían en paz.
El presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari, aseguró que el ataque no cambiará la determinación del Gobierno de luchar contra militantes islamistas y apoyar la educación de las mujeres, causas por las que Malala abrazó el activismo.