El John Stennis, que zarpó en agosto pasado hacia las aguas del Golfo Pérsico, entró en la zona de operaciones de la Quinta Flota, que se responsabiliza de las fuerzas navales estadounidenses en el Golfo Pérsico, mar Rojo, Golfo de Adén y este de África.
En vísperas de la expedición del portaaviones, el jefe del Pentágono manifestó en la base naval de Kitsap que EE.UU. se prepara para "afrontar amenazas" en el Golfo Pérsico, tales como las aspiraciones nucleares de Irán y el conflicto en Siria.
El grupo de combate del John Stennis "protegerá" la región del Golfo Pérsico "de una serie de amenazas" y, "obviamente Irán es una de esas amenazas", declaró Panetta, quien agregó que las "ambiciones de Irán" son una preocupación, así como su amenaza de cerrar el paso a los petroleros (en respuesta a las sanciones de EE.UU. y la UE) que pasan por el Estrecho de Ormuz.
Por su parte Irán prometió responder militarmente a cualquiera acción en su contra.
El barco John Stennis se sumará a otros tres portaaviones que están desplegados en la región – USS Abraham Lincoln, USS Enterprise (está en el Golfo de Adén) y USS Eisenhower (vigila las costas de Pakistán para ayudar la OTAN en Afganistán).
El grupo de combate de la nueva nave de la Quinta Flota, se compone de 5.500 marineros, consta de cuatro destructores, un crucero misilístico y un submarino nuclear.
El portaaviones tiene 48 cazas polivalentes F/A-18 Super Hornet, dos escuadrillas de helicópteros y varios aviones de alerta temprana y de guerra electrónica. Además, tiene unos 100 misiles de crucero de largo alcance Tomahawk.