Pese a que una marcha transcurría de manera relativamente pacífica, en Bogotá los agentes de seguridad recurrieron a granadas de aturdimiento y gases lacrimógenos para dispersar la marcha convocada por diversas organizaciones sociales como cierre de lo que denominaron ‘Semana de la Indignación’. Al menos ocho activistas resultaron heridos y otros 71 fueron detenidos, según el secretario de Gobierno de la ciudad, Guillermo Asprilla.
Los testigos dijeron que "los integrantes del escuadrón antidisturbios arremetieron contra los manifestantes", que tenían previsto llegar al centro de Bogotá, pero que provocaron un seria congestión en el tráfico.
Distintos sectores de la sociedad se dieron cita en principales ciudades del país, desde grupos de estudiantes del Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) que reclamaban más financiación, hasta funcionarios judiciales, en huelga desde ayer.
Además, según David Flórez, portavoz del movimiento de izquierdas Marcha Patriótica y organizador de la iniciativa, la movilización constituye "un momento coyuntural para exigir la participación directa del movimiento popular en la mesa del diálogo de paz" entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC, que debe arrancar el próximo miércoles 17 de octubre en Oslo.
En esta línea, el periodista Ramón Jimeno, matizó ante RT, que hay un cierto malestar, porque la guerrilla que usaba la violencia si será tenida en cuenta para los cambios sociales y los ciudadanos, en cambio, no. Pero, el experto opina que es posible que el gobierno escuche a los indignados por primera vez.
AFP/EFE