El menor, José Antonio Elena Rodríguez, de 16 años, recibió al menos siete disparos después de que los agentes de la Patrulla Fronteriza abrieran fuego sobre un grupo en la frontera entre Nogales (Sonora, México) y la ciudad homónima en Arizona, Estados Unidos.
Presuntamente, el menor se disponía junto con otras personas a pasar drogas a EE.UU cuando fue localizado por la Patrulla. Al ser descubierto, el grupo huyó hacia su país y empezó a lanzar piedras desde otra parte de la frontera. Tras ordenarles que dejaran de hacerlo, uno de los agentes abrió fuego, matando al menor.
"El uso desproporcionado de la fuerza letal en el ejercicio de su funciones de control migratorio es inaceptable bajo cualquier circunstancia", denuncia la Cancillería mexicana.
El consulado mexicano en Nogales, Arizona, solicitó a las autoridades estadounidenses una inmediata investigación "exhaustiva, oportuna y transparente que sea llevada hasta sus últimas consecuencias y derive en todas las sanciones que correspondan".
También añadió que, "a pesar de que el caso es el resultado de una actividad ilegal", la reacción lógica "no es quitar la vida de la persona". México tiene la esperanza de que los agentes no esgrimirán que actuaron en defensa propia.
Este es el cuarto caso desde que empezó 2012 en que personas son abatidas a tiros por los agentes de Patrulla Fronteriza, que en todos casos justifica sus acciones como respuesta a las pedradas.