En los últimos días, los incidentes entre Turquía y Damasco han crecido en intensidad. Después de que el pasado 3 de octubre un obús lanzado desde el vecino país alcanzara una casa en la aldea turca de Akcakale, provocando la muerte de cinco personas e hiriendo a otras 13, Ankara está reforzando su presencia militar en la frontera.
La noche de miércoles al jueves Ankara detuvo a un avión civil sirio de pasajeros. Un vuelo comercial de Moscú a Damasco con 37 pasajeros a bordo, 17 de ellos rusos, que debía durar un poco más de cuatro horas derivó en un aterrizaje repentino, forzado por un grupo de cazas F-16 de la Fuerza Aérea de Turquía, y en una parada que se prolongó más de ocho horas. Esto, a pesar de estar todos los documentos debidamente formalizados.
Los pasajeros denunciaron que fueron maltratados y obligados a firmar papeles fraudulentos, en los que se aseguraba que el avión hizo un aterrizaje de emergencia y que los militares turcos no estaban involucrados en el incidente. Sin embargo, las imágenes que no tardaron en aparecer, corroboraron las denuncias de los pasajeros. En un video se puede ver claramente cómo la aeronave fue inspeccionada por personas enmascaradas y las marcas de un miembro de la tripulación después de haber sido esposado.
Según las autoridades turcas, a bordo del Airbus 320 se encontraba material de uso militar. Sin embargo, hasta ahora, tres días después del incidente, no han hecho público de qué se trata exactamente.
En ese avión no había ningún armamento, ni podía haberlo".
Mientras tanto, el ministro de las Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, acentúa que en la aeronave se encontraba una carga legal: "En ese avión no había ningún armamento, ni podía haberlo. En la aeronave se encontraba una carga, que un suministrador ruso envió de forma legal a un comprador legal. Esta mercancía consta de unos equipos electrotécnicos para estaciones de radares de doble uso, que no están prohibidos por ninguna convención internacional".
Algunos expertos creen que el supuesto motivo de la detención del avión es la postura de Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU, vetando la resolución de los países occidentales sobre Siria, tras lo cual algunas naciones intentarían actuar al margen del organismo internacional. "Turquía parece buscar la manera que sea para elevar las tensiones con Siria con el fin que se busca desde más de un año, que el Gobierno de Siria se cambie, y que responde a los intereses de la OTAN. Parece que Turquía tiene luz verde para incitar el conflicto con Siria", opina el analista Fernando Casares.
No hay evidencias ni pruebas".
"Turquía está desesperada por elevar la tensión e iniciar una injerencia directa. Armas químicas, bombardeos. No hay evidencias ni pruebas, un sinfín de mentiras que se publican mediáticamente y que ejercen presión sobre la audiencia global para legitimar un cambio de configuración hegemónica, donde OTAN, Turquía e Israel con EE.UU. sigan siendo los amos de esa región desde el punto de vista económico, financiero y político", comenta Casares.
Pocas horas después de que Turquía anunciara haber descubierto una carga de carácter militar en el avión detenido, EE.UU. y Canadá anunciaron su respaldo a Ankara. "Apoyamos definitivamente la decisión de las autoridades turcas de inspeccionar el avión", dijo el jueves la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland. Al día siguiente, a pesar de que el Ministerio del Exterior ruso se refirió a la situación con la carga, Nuland comunicó que en el Airbus habían sido descubiertas "instalaciones militares" y que Moscú estaba "moralmente en bancarrota" por el suministro de mercancías a Damasco.