La vida de la joven pacifista baleada en Pakistán pasa por un momento crucial

Malala Yousafzai, la joven activista de Pakistán baleada esta semana por los talibanes pakistaníes en represalia por defender la educación femenina, ha sido enviada al Reino Unido para continuar con el tratamiento médico necesario, informa un portavoz militar.
Según el último parte médico la adolescente está mejorando "lenta pero firmemente" de sus graves heridas.

Una misión de Emiratos Árabes Unidos (EAU) llegó a Pakistán para evaluar el estado de salud de la joven, ahora, ella es trasladada a Reino Unido donde será sometida a un tratamiento prolongado para que se recupere física y psicológicamente. El traslado se efectúa en coordinación con las autoridades paquistaníes.

Los médicos han descartado además que la chica haya sufrido daños cerebrales, pese a que el pasado miércoles le fue extraída una bala alojada en el cuello y cerca de la médula espinal.

Malala fue tiroteada el pasado martes por insurgentes talibanes cuando se dirigía en un transporte escolar hacia su casa, situada en la zona de Swat, en el norte de Pakistán.

Las protestas se multiplicaron en Pakistán después del atentado contra la estudiante de 14 años y defensora de los derechos de la niñez. Las autoridades del país han ofrecido una recompensa de 100.000 dólares por cualquier información que permita detener a los responsables del ataque.

Hace tres años la joven se dio a conocer después de explicar en una bitácora, durante meses, las atrocidades cometidas por los talibanes paquistaníes, que prohíben la educación de las mujeres y niñas en zonas bajo su control. Asimismo, obtuvo el Premio Nacional de Paz y ha sido objeto de la atención mundial por sus esfuerzos para devolver la paz a su pueblo natal